martes, febrero 03, 2004

Sin un Dios



Cuando niña, me hablaron de la muerte, dijeron que al morir las personas van al cielo o al infierno según se hayan comportado en vida; curiosamente toda mi familia entonces fallecida estaba en el cielo y desde ahí me cuidaba.

No paso mucho tiempo cuando deje de creer en eso, y vaya que hasta la fecha me he sentido mejor, porque cómo podría fornicar con todos esos muertos mirándome.

Nunca me preocupe, creer en Dios con cielo e infierno de por medio, da igual. –decía-
Claro que a mi madre que en gloria este siempre le molesto, -¡atea!- No se que te enseñan en esa universidad que ya dejaste de creer en Dios, esos maestros son puros comunistas.

Pero no fue así, el único maestro comunista que tuve fue uno de la secundaria y en aquel entonces, con catorce años en mi haber, tenía muchos motivos para creer en Dios, y un maestro de unos 48 años (al menos esa edad aparentaba) que andaba con una de mis compañeras, no era para mí un ejemplo a seguir.

En realidad, no se como paso, solo me acuerdo que me sentía desolada, pasaba mucho tiempo en la iglesia (católica), y en un parpadeo desapareció la careta, la religión no era lo que yo creía. Esta bien me dije puedo andar por la vida sin rezos ni plegarias.

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